soneto 13

XIX

Mella, Tiempo voraz, del león las garras, 
deja a la tierra devorar sus brotes, 
arranca al tigre su colmillo agudo, 
quema al añoso fénix en su sangre. 
Mientras huyes con pies alados, Tiempo, 
da vida a la estación, triste o alegre,
y haz lo que quieras, marchitando al mundo
Pero un crimen odioso te prohíbo:

no cinceles la frente de mi amor,
ni la dibujes con tu pluma antigua;
permite que tu senda siga, intacto,
ideal sempiterno de hermosura.

O afréntalo si quieres, Tiempo viejo:
mi amor será en mis versos siempre joven.

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