soneto 8

XV

Cuando pienso que todo lo que crece 
su perfección conserva un mero instante; 
que las funciones de este gran proscenio 
se dan bajo la influencia de los astros; 
y que el hombre florece como planta 
a quien el mismo cielo alienta y rinde, 
primero ufano y abatido luego, 
hasta que su esplendor nadie recuerda: 

la idea de una estada tan fugaz 
a mis ojos te muestra más vibrante, 
mientras que Tiempo y Decadencia traman 
mudar tu joven día en noche sórdida. 

Y, por tu amor guerreando con el Tiempo, 
si él te roba, te injerto nueva vida. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario